Diagnóstico facial.
Lámpara Wood. Puedes adquirirla aquí |
Hoy vamos a centrarnos en las pautas a seguir para hacer una ficha de cliente PERFECTA.
Si tenemos claras todas las características de nuestros clientes, podemos hacer un buen diagnóstico y, por lo tanto, elegir el tratamiento adecuado. Son baremos indispensables, por lo tanto, tendremos que dedicar un tiempo a “investigar” cuando los recibamos por primera vez y, después, repasaremos sus características cada cinco o seis semanas.
1. Fototipo. Sabemos que van del I al VI. Del I al III, podemos observar diferentes espesores. Si se transparentan los capilares sanguíneos tenemos una piel fina. Si no se transparentan nada es una piel gruesa. Del IV al VI son siempre finas.
2. Hidratación. A simple vista se puede saber si una piel está hidratada o no, observando si se marcan los pliegues epidérmicos. Sin embargo, es bajo la Lámpara de Wood (luz negra) como mejor podemos valorarlo. Nos vamos a servir de ella a lo largo de todo el proceso.
3. Tamaño folicular. Nos indica si tienes secreciones o las ha tenido. Solemos encontrar poros muy dilatados en pieles grasas.
4. Oxidación de la grasa. Durante mucho tiempo hemos estado obsesionados con las higienes faciales. Esto ha cambiado. Si no hay oxidación en el folículo, no hay que hacer extracción. Es importante la limpieza diaria para combatir la oxidación. Cuando en la Lámpara Wood se ve un color
naranja fluorescente hay que extraer, si es fucsia es una secreción normal que no está oxidada. También veremos cuáles son las zonas donde se presenta. Si es en la denominada zona T es una piel normal, ya no se habla de mixtas, si va más allá y se extiende por el rostro es grasa y si va desde el escote hasta facial hablamos de piel seborreica.
Seborrea |
5. Pigmentación. Se va a tratar el exceso de pigmentación. Obviaremos casos como vitíligos o cicatrices producidas por hongos que son de color blanco. Observaremos algunas coloraciones a simple vista, pero de nuevo la lámpara nos va a ayudar a localizar las manchas incluso antes de que se vean en superficie. De esta manera podremos iniciar tratamientos antioxidantes de forma preventiva.
6. Vascularización. Anotaremos y localizaremos los capilares sanguíneos que se perciban a simple vista. También podemos ver una excesiva vascularización en párpados que nos va a indicar tendencia a manchas.
7. Descamación. Puede ir unida a la vascularización. En este caso se denomina dermatitis; nos encontramos con dermatitis seborreica y tópica. La dermatitis seborreica aparece muy frecuentemente en ingles, frente, rictus, barbilla…frente a la tópica que puede aparecer en cualquier zona. No es un problema dermatológico por lo tanto la profesional de la estética puede tratarlo.
8. Lesiones de acné. Acné y grasa no están unidos obligatoriamente. En este punto lo más importante es valorar si se trata de una exógeno o endógeno.
9. Envejecimiento. Observaremos alteraciones del tejido. Si es un envejecimiento incipiente o ha progresado y también hay que determinar zonas y flacidez.
10. Ojos. Anotaremos si hay ojeras, bolsas, flacidez… en este punto es determinante ver si es genético o generado por la edad.
11. Alteraciones de la queratinización. Milium,hiperqueratosis,psoriasis…
12. Alteraciones de la dermis. Rosácea, couperosis...
Impétigo |
13. Virus latentes. Herpes, impétigo, verrugas víricas, micosis, alergias de contacto o urticarias, alergias a la temperatura y a la humedad.
14. Alteraciones del vello facial. Y causa: hormonal, farmacológico.
15. En caso de enfermos crónicos, reflejar la medicación pautada.
Y ya está. Con todos estos parámetros podemos empezar a trabajar no olvides que tienes que revisar los aproximadamente cada 4 o 5 semanas.
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Pilar Álvarez Palmeiro
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