Saber cuando has resbalado
Ayer, cuando la cuesta de enero me parecía el Everest, leo: No veas donde caíste, mejor precisa con qué te resbalaste.
Caramba, me dije, pues es verdad, esa es la cuestión. Y me puse a reflexionar. Claramente comprendí con qué había resbalado para que este enero se convirtiera en montaña. No, por supuesto que no era la crisis, ni mi mala suerte y menos aún la competencia.
Había resbalado por no prestar atención a lo realmente importante, por mira hacia otro sitio, por creer que lo tengo todo tan bien organizado que ello sólo me lleva a la meta deseada.
Una lección magistral de ventas: el éxito siempre está en el mismo lugar, somos nosotros los que nos movemos.
Que conste que la frase es mía.
Y tú que opinas? ¿atendiste a tu reflexión?
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