Respondiendo a un comentario del último blog, me he dado cuenta de la importancia que adquiere una pregunta y todavía más, de lo que puede influir en el ánimo del cliente y en la opinión que se hará de nuestra persona y nuestro negocio si le hacemos un comentario desafortunado. Que los he oído, no me lo invento, más de uno y de dos he oído en salones de belleza. Si, del tipo: "qué piel más descuidada tienes, llena de puntos negros", por ejemplo. Un comentario de este tipo, además de demostrar una falta total de sensibilidad por parte de quién lo hace, crea el rechazo inmediato de quién va dirigido. A nadie le gusta aceptar que su piel está descuidada por eso, ante lo que considera un ataque, el cliente suele utilizar la técnica defensiva: "pues uso cremas muy caras, que me las compro en..." es que una vez me hicieron una higiene facial y salí con el rostro enrojecido y con marcas"... Con un poco de habilidad por nuestra parte hubiéramos evitado el
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