Ahí dejo una pequeña selección de los cientos que componen mi biblioteca. Soy lectora desde la niñez y en esos objetos de papel, he encontrado aventuras, amores, conocimiento, sorpresas, sabiduría e incluso, en momentos muy especiales, he sentido, a través de un autor muy inspirado, la presencia de Dios.
La lectura me llevó a la escritura, mi respiración espiritual, ¿comprendéis por qué no podía enterrar lo que tanta vida me había dado? Tengo que tocarlos, releer de vez en cuando, saber que están frente a mí, observándome, inspirándome ideas. Los libros son compañeros fieles, amigos leales, de los que siempre responden, de esos con los que puedes contar cuando necesitas claridad de ideas y serenidad en el corazón.
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