IMAGEN PERSONAL. El lenguaje del cuerpo
La imagen ocupa un lugar cada vez más destacado en todos los ámbitos. Ya no se reduce a la moda o al espectáculo. Todo el mundo proyecta una en su entorno laboral, social o personal. De ahí que seamos cada día más los que estamos interesados en todo lo referente al propio aspecto, ya sean tratamientos cosméticos, capilares, moda o protocolo.
Además,
ha dejado de considerarse algo frívolo y profesionales de los considerados
“serios” como políticos, empresarios, periodistas están en manos de estilistas
o personal shoppers.
La
formación en esta materia también ha crecido y se ha diversificado por lo que
hay en el mercado multitud de cursos dedicados a imagen, estilismo o protocolo,
entre otros.
Hoy
os propongo asomaros a una de estas clases. Una de las primeras, en las que
Sylvia Pló, estilista con amplia experiencia demostrable en fotografía, cine y
todo tipo de eventos acerca la propia persona al futuro Asesor de Imagen
Persona.
“Al observar
objetivamente nuestro cuerpo conocemos el verdadero “Yo” para llegar al “saber
ser”, el cual nos conducirá a la propia aceptación. Para llegar a éste
autoanálisis deberemos hacerlo poco a poco, con crítica pero sin excedernos en
ella. Empezaremos construyendo una base sólida con cariño y lentamente, limando
en lo posible los defectos que vayamos apreciando. Y aunque sea repetitivo,
teniendo mucho cuidado en la autocrítica, ya que así evitaremos el efecto
contrario: angustia y apatía hacía nuestra persona.
¿Quién soy yo?
Para comprender mejor
la importancia de la imagen personal, nos detendremos en dos perspectivas: la
psicológica y la social.
Desde la perspectiva
psicológica, tomaremos conciencia de nuestro “yo” y del conjunto de
características que lo configuran.
1. Formar una imagen de sí mismo.
2. Ser consciente de su potencial y capacidades.
3. Estar preparado para aceptarse tal y como se es.
A partir de este
momento es cuando se forma una opinión de sus propios rasgos, aptitudes, y
limitaciones, cualidades y defectos. Cada persona idealiza una imagen que la
identifique y a través de la cual exterioriza su visión del mundo.
La perspectiva social da una gran importancia a la imagen proyectada hacia los
demás. Ciertos estudios indican que el éxito profesional de cada uno se debe en
20 por ciento a los conocimientos teóricos (estudios, carreras,…), mientras que
el 80 por ciento restante se atribuye a la personalidad y a la capacidad para
relacionarnos.
Al proyectar nuestra
personalidad a través de la imagen damos una cantidad de información aún antes
sin llegar a mediar palabra con nuestro interlocutor. La imagen es el primer
mensaje de la comunicación interpersonal, Por eso, la primera impresión suele
ser decisiva para formarnos una “idea” acerca de alguien. La personalidad, el
nivel cultural, los gustos o el tono vital se muestran claramente en la manera
de hablar, de movernos, en los gestos, en la indumentaria, etc.…. El resultado
de la imagen que damos está condicionado por:
1. Condiciones físicas: sexo,
corpulencia, altura, peso, agilidad, belleza o fealdad.
2. Lenguaje no verbal: gestos, movimientos, posturas conscientes o
inconscientes.
3. Lenguaje verbal:
conversación.
4. Indumentaria: recubre y personaliza.
Lo importante es
saber si nuestra imagen es la correcta para la actividad o actividades que
realizamos. Siendo conscientes y objetivos en todo momento para poder
controlar la impresión que damos a los demás.
Determinados rasgos
pueden ser modificables (altura, facciones, estructura,…) por medio de
cirugía. Podemos mejorarlos o cambiarlos controlando nuestro peso, con
maquillaje, ropa y complementos adecuados, siendo elegantes, cuidando el tono
de voz y la forma de hablar, y esforzándonos en algunos casos en ser educados,
positivos y amables.
Nuestros hábitos
personales como sonreír cuando saludas, ser amable al pedir las cosas, mirar a
los ojos del que te habla, ser cumplidor, ser positivo o negativo, ser limpio,
etc.…forma parte de nuestra imagen. Y hará que las personas se acerquen o alejen
de nosotros. Ej.: Halitosis en un dentista, uñas negras en un camarero, una
recepcionista o azafata de aspecto descuidado,…Dará una imagen favorable o
desfavorable a los demás de nosotros.
Saber cuál es la
imagen que proyectamos en nuestro entorno social y profesional le ayudará
a modificar ciertas conductas para conseguir el éxito deseado.
La
Imagen de las personas
La
distinción, una buena presencia y el dominio de las situaciones con las que se
enfrenta en el terreno de lo social no son normas que se aprenden cuando
estudia una carrera, tenga por seguro que son imprescindibles y conceden
ventajas a la hora de relacionarnos o conseguir un trabajo o ascenso.
Usted
será juzgado 1º por su aspecto 2º por cómo se expresa y se relaciona, y 3º por
la empresa en que trabaja o dirige, o por su entorno social.
Tardamos
4 minutos en dar una imagen de lo que somos a una persona que no nos conoce, y
el resultado prevalecerá durante largo tiempo. Al presentarnos a un desconocido
tendremos en cuenta:
1) lo que ven de nosotros los demás por nuestra
vestimenta y nuestros movimientos;
2)
lo que oyen los demás de
nosotros;
Y en
consecuencia…
3)
lo que sienten y piensan los
demás al vernos.
Dentro
del apartado uno tomaremos en cuenta unas fórmulas básicas:
a) la indumentaria correcta genera confianza,
b) la indumentaria correcta es indicativo que
quien la lleva sabe,
c) la indumentaria correcta ha de ser/estar en
función de la hora y de lo que se haga, y por supuesto, de dónde y con quién se
esté.
Aspectos que definen
tu imagen
-
La belleza
-
La distinción
-
La elegancia
-
El uso de la moda
La belleza: podemos adquirir naturalidad en los movimientos y
hacer que estos sean armónicos. Alguien sin atractivo físico puede llamar la
atención por la gracilidad en sus movimientos, dando belleza al gesto y al
porte, hasta hacernos olvidar la ausencia de belleza física.
La distinción: es la cualidad de alejarse de la vulgaridad. No se
puede conseguir con dinero sino se adquiere con el trato amable y una buena
educación inculcada desde la familia y desde el entorno. Es el fiel reflejo de
nuestro saber ser, estar y actuar. El sello de la distinción es
independiente del dinero que se tenga y de la posición social que se
ocupe, pues no es privativa de ellas.
La elegancia: existen dos tipos de elegancia: la espiritual y la externa. La primera
define unas cualidades de la persona que de forma innata rechaza lo
vulgar o mezquino, el exceso y la brusquedad, y cultiva lo noble, lo bello, la
sencillez, la mesura, la armonía, la serenidad. En cambio, la segunda va unida a la
apariencia y la indumentaria personal, de modo que podemos encontrarnos a una
persona de apariencia poco agraciada pero que de forma natural resulta elegante
o por el contrario, una persona con rasgos hermosos que no nos resulte elegante
El uso de la moda en la indumentaria: no debemos dejarnos influir por la
moda ni acatarla a toda costa a la hora de elegir o comprar la ropa, sino
guiarnos y respetar nuestra personalidad que será el fiel reflejo de una
persona con gusto y elegante”
Si
te ha gustado sigue atento al blog y nuestra página en Facebook ya que
tendremos un próximo curso en breve. www.facebook.com/cursosvision
Un
saludo para todos y buen fin de semana.
Aprender a vestir con tallas grandes es descubrir el poder de la moda como herramienta de autoexpresión. La clave está en el ajuste, el estilo personal y la comodidad, creando un look único y lleno de confianza.
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